Articulo escrito junto a Daniel Damo
Empecemos por la pregunta que todos tenemos en
mente: ¿Es Mark Zuckerberg el lobo feroz?
Bill Gates consiguió el estigma de ser el Lobo
Feroz de las tecnologías de la información, estando al frente de una Microsoft
que a mediados de los años 90 se convertía en casi monopolio, tras barrer a
IBM, Apple y otros competidores menores (Digital, Wordperfect, Lotus, Corel, Borland )
en la batalla por la supremacía en el mercado de sistemas operativos de
sobremesa y software de oficina. Eso era cuando las noticias sobre informática
raramente salían en primera página y Bill Gates a base de dedicarse a la
filantropía y dejar Microsoft en manos del energúmeno entrañable de Steve
Balmer limpió su nombre.
Balmer reemplazo de Bates en Microsoft. Me he portado bien y he elegido una imagen digna.
Larry Page y Seguei Brin, los cofundadores de
Google van en plan friki por el mundo, presentándose en rollerblades a las
reuniones y creando coches que se conducen solos, Google Glass y poniendo en
marcha cosas tan interesantes como Google X (cosa que tendremos que contar
algún día). Por mucho que Microsoft, algunos medios de comunicación, los
caballeros andantes de la privacidad y los anunciadores del día final nos digan
que Google sabe demasiado de nosotros y es malvado, Google consigue mantener
una imagen simpática y sus usuarios nos mantenemos fieles.
Pero Mark Zuckerberg y Facebook son harina de
otro costal. Desde su misma fundación Facebook ya estuvo rodeada de polémica
por el presunto robo de la idea a los hermanos Winklevoss. Pero como ese par
son guapos, cachas y ricos ya nos está bien que Mark Zuckerberg se saliera con
la suya, ¿no?
Los Winklevoss.
El caso es que Facebook es un caso raro. No
parece que haya fanboys de Facebook mientras sí que los hay de Twitter,
Ferrari, Porsche, Canon, Nikon, Apple, Google e incluso aún incauto que es fan
de Microsoft y de la lejía que trae esa señora del futuro. Pero en cambio si
que parece que todos tengamos cuenta allí y lo usemos con asiduidad.
La mitad
de los usuarios de internet aproximadamente son usuarios de Facebook. Y,
¿qué es lo que sabe Facebook de estos usuarios? Pues detalles bastante
personales: nuestro género (pudiendo escoger ahora entre unas 30 opciones!),
edad, intereses, amistades, familia, fotografías, lo que nos gusta (like) ...
Se pueden saber muchas cosas de cualquiera de nosotros solo analizando nuestro
perfil de facebook. Cosas que otras empresas, como por ejemplo nuestro médico,
nos tienen que hacer firmar permisos y autorizaciones para poder archivar
cumpliendo la ley. Cuando Facebook por su parte se dedica a cambiar de forma
bastante errática y caótica su política de privacidad.
¿Alguno de vosotros tiene claro bajo qué
condiciones de privacidad y confidencialidad se publican vuestras fotos en
Facebook? O, pregunta para nota :¿Que sucede con los derechos sobre la
propiedad intelectual de las fotos que colgáis en Facebook? ¿O en Twitter? ¿O
en Google+? ¿O Instagram... pero eso era ya de Facebook, no? !Vale!
Lo dicho, Facebook es un caso raro, muchos de
nosotros lo usamos pero no nos cae bien ni nos fiamos demasiado de él. Pero
como en muchos casos es el único mecanismo que mantenernos en contacto con
muchos conocidos (como decía Josep Pla: Amigos, conocidos, saludados... ) lo
seguimos usando.
Pero la gran red social tiene fugas. Sabiendo de
la poca o nula privacidad de Facebook, muchos colectivos han puesto el grito en
el cielo. Pero parece ser que a los usuarios les importa bien poco regalar toda
su vida, siempre que puedan mostrarla de una forma cool, compartirla y
obtener así muchos likes. De mientras, Mark Zuckerberg se aprovecha de
ello y se hace más feroz.
Y entonces, a 19 de Febrero de 2014, llegó lo
“inesperado”. Whatsapp, un servicio de mensajería instantánea con una base de
450 millones de usuarios, es adquirida por Facebook tras algunas predicciones
de compra fallidas y lideradas por Google. Ha sido una venta anunciada de 19
billones de dólares, una transacción dividida en 4 billones a cash, 12 billones
en acciones y 3 billones en acciones privadas,
según investor.fb.com. Se dice que Google hubiera pagado 12 billones, y corren
predicciones de que su venta podría haber superado los 19 billones de dólares.
Llegados a esta exageración ya empiezan a despuntar comentarios a cerca de otra
burbuja .com. La gran pregunta que se hace todo el mundo es, ¿y ahora qué?
Hay que recordar que Facebook compró Instagram,
por 1 billón de dólares, una nimiedad en comparación con el despilfarro en la
adquisición de Whatsapp, pero en ese momento solo tenía registrados 80 millones
de usuarios, nada en comparación con la aplicación de mensajería instantánea. Este
acuerdo con Facebook les permitiría trabajar juntos para construir una
plataforma mejor, señalando que la aplicación y sus características seguirían
siendo las mismas.
Pero Facebook es una red social con ánimo de lucro, donde
los usuarios son el producto y los clientes los anunciantes. Así intentó
ganarse unos dólares más cuando modificó los términos de privacidad de Instagram con el fin
de que los anunciantes dispusieran de acceso a los datos de los usuarios, con
fines absolutamente publicitarios. El negocio de Instagram parecía redondo para Facebook. Pero este cambio en la política de privacidad ponía en venta las fotografías de los usuarios sin compensación alguna a cambio. Los usuarios de Instagram saben que su contenido - las fotos y ahora videos - tiene valor, y se montó la de san quintín. Facebook tuvo que revertir los términos de servicio al estado anterior o sufrir la avalancha de ira y furia desencadenada en
las redes sociales. ¿Volverá a intentar Facebook la misma jugarreta con
Whatsapp?
Por ahora, y tras el anuncio de la transacción
del año, la nota de prensa de Facebook, el propio mensaje de Mark Zuckerberg en
su red social y las palabras de Brian en nombre de su equipo en el blog de
Whatsapp, indican que aparentemente todo seguirá igual. Brian dice en su blog
que el objetivo de Whatsapp es el mismo de siempre “construir un producto
molón usado globalmente por todo el mundo”, y que para sus usuarios no
cambiará nada; y Zuckerberg que “Whatsapp complementará a su chat y
servicios de mensajería para proveer a su comunidad de nuevas herramientas”.
Todo, con un rollo filantrópico que huele a chamusquina.
Volviendo a la gestión multimillonaria, ¿qué
sentido tiene una compra de este calibre por parte de una empresa de Estados
Unidos, país donde Whatsapp tiene menos de un 10% de cuota de mercado? El siguiente gráfico
muestra la tendencia de crecimiento en base a usuarios, muy superior al resto
de servicios sociales actuales:
Quizás esta compra es una estrategia de Facebook
para consolidarse en Europa y parar los pies a Telegram, cuyos creadores son
desarrolladores de la red social VK y competencia directa de la red social por
excelencia en Rusia. Telegram está entrando en el mercado Europeo con mucha fuerza y
está poniendo en alerta a todos los servicios de mensajería instantánea. Su
discurso de aplicación segura y privada ha demostrado su arrogancia extrema
ante el anuncio de que pagarían 200.000 dólares a aquél hacker que rompiera su
protocolo de seguridad y interceptara una sola conversación, así de chulos son.
Por ahora no se han pronunciado, así que sigue siendo la aplicación de
mensajería instantánea más segura del mercado. (o lo era cuando escribimos este articulo a principios de 2014)
En cambio Whatsapp no presume de seguridad en
las conversaciones (los agujeros en SSL són archiconocidos) pero sí de
privacidad de datos y no revelación de los mismos a terceros. ¿Saben los
usuarios que Facebook puede estar jugando con la NSA en el patio trasero? ¿A
los usuarios les importará que Facebook modifique
los términos de privacidad de ya su mensajería instantánea de moda en Europa?
Como dijo Groucho Marx "Si no les gustan
mis principios, tengo otros.". Whatsapp se ha vendido al mejor postor,
y esto quiere decir que está de acuerdo con las políticas feroces de Facebook,
sino no se hubiera dejado comprar. Ergo, Facebook no solo podrá poner los datos
y conversaciones de los 450 millones de usuarios en manos de sus clientes,
potenciales publicitantes de vidas privadas, sino que además podrá entregar a
cambio de saber qué cantidades de dinero, o favores de otra índole, o
sencillamente porque lo dictamina la ley, datos privados a “empresas” de
espionaje masivo.
¿Es Facebook el nuevo Lobo Feroz? Por ahora
Whatsapp, el pasado 22 de Febrero de 2014, sufrió un parón en sus comunicaciones
durante más de 4 horas, que provocó una éxodo masivo hacia Telegram a una
vertiginosa tasa de 100 usuarios por segundo. Si Telegram gana la batalla, el
presunto Lobo Feroz será desbancado como líder de la manada digital. Veremos.
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