jueves, diciembre 06, 2007

Nuestro deber como maestros

Lo resume en su blog Domingo Mendez poniendo en boca de sus amigos el siguiente parrafo que reproduco a continuación
"Sí, tenemos que educar en el sentido más amplio, enseñar Geografía, Matemáticas, etc. y educar en valores, en definitiva formar personas, hay veces en que hay que dejar de lado el famoso programa y dedicarse a otras cosas, o alterarlo. Lo importante es formar personas responsables, con sentido critico, con capacidad para tomar decisiones, con actitudes positivas ante la vida."
Y no hay mas que decir.
Ludo

6 comentarios:

  1. Eso es indudablemente cierto, pero nos hallamos ante el problema de siempre: en el momento de apartarse del programa ¿quién decide qué criterio es el correcto?

    Habrá unas personas que crean que enseñar esto y aquello, que no sale en el programa, es adecuado, mientras que otros pensarán que es una blasfemia.

    En resumen, lo que dicen el señor Méndez y Orson Scott Cardes estrictamente cierto, pero, como muchas grandes verdades, también muy difícil de llevar a cabo.

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  2. ¿Por qué es tan difícil de llevar a cabo?
    ¿Porque en el 99% de los casos la norma es que "el que enseña" es infalible y no hay que poner en duda lo que explica?
    ¿Y de quién es la culpa?¿De los que imponen/organizan el currículum escolar o de los que lo siguen a rajatabla?

    Se puede seguir el programa con un poco de creatividad... el criterio está más bien en cómo se enseña que en qué se enseña... Puedes cumplir el programa aportando herramientas para que el aprendizaje sea colaborativo, no simplemente una clase magistral.

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  3. ¿Quien decide? Quien toma la responsabilidad, por supuesto. Siempre ha sido asi.

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  4. Correcto. Y así el problema se resuelve recursivamente: ¿quién decide que sea ese el que tome las decisiones? ¿estoy de acuerdo con su criterio? (aplicar la misma respuesta y la misma contrarrespuesta indefinidamente).

    ¿La solución? Ninguna. Confiar en que los docentes sean competentes. Nadie pasa su vida sin encontrar a un docente con el que no esté de acuerdo, pero a los profanos sólo nos queda esperar y confiar.

    ¡En vuestras manos está!

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  5. De hecho, el mejor recuerdo lo guardo de esos docentes creativos (aún recuerdo a una de EGB, con mucho cariño, precisamente por los métodos que utilizaba).

    Por cierto, Isilion, los alumnos también podemos colaborar, aunque sea sólo un poquito chiquitito :P ... basta con que no nos conformemos con escuchar y apuntar como borregos, y preguntemos más (el resto ya depende de la reacción del docente).

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  6. Pero es que enseñar al alumno a desarrollar su espíritu crítico y a preguntar también es tarea del docente. Si no arrancamos de aquí, mal vamos.

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